Las 10 claves para disfrutar plenamente de las #Perseidas2016

05/08/2016

Otro año más, las Perseidas se convierten en protagonistas del cielo de verano

Nuestras sesiones:

Perseidas 2016 - Cielo en directo en la cúpula del planetario

Perseidas 2016 - Reserva autobús Arbayún

En agosto nos damos cuenta de que a veces en el cielo suceden fenómenos sorprendentes. Aunque desde los planetarios explicamos que realmente podemos ver maravillas en el cielo durante todo el año, hemos de reconocer que también para nosotros en agosto tenemos las mejores fiestas de las estrellas. Y 2016 no va a ser menos.

Sesión especial en el planetario, una observación desde Ujué en el marco de un curso de verano de la Universidad Pública de Navarra y la gran convocatoria de la noche de las fugaces en la Foz de Arbayún componen nuestro menú.

Pero, además, queremos que descubras cómo disfrutar de las Perseidas conociéndolas mejor. Así que te proporcionamos 10 claves con muchos datos y sugerencias.

Las 10 historias sobre las Perseidas que no sabías, o que no te habían contado

Índice:

  1. ¿Por qué siempre llegan en agosto? ¿No hay Perseidas otros meses?

  2. Pero yo he visto fugaces en enero, o en noviembre...

  3. Vale, hay muchas. ¿Podéis decirnos entonces qué son las Perseidas?

  4. ¿Meteoros? ¿Tiene que ver con meteoritos?

  5. ¿Entonces las Perseidas son meteoros de origen EXTRATERRESTRE?

  6. ¿Las Perseidas son de hierro? ¿De dónde vienen?

  7. ¿Por qué si vienen de un cometa no está ese cometa por el cielo?

  8. ¿Y el nombre de Perseidas? ¿Y lo de las lágrimas de San Lorenzo?

  9. ¿Qué debo hacer para observarlas?

  10. ¿Puedo fotografiarlas?

Por supuesto, hay muchas más preguntas posibles, pero por el momento vamos a contar hasta 10. Si tienes alguna pregunta, puedes venir al Planetario y te la solucionaremos o, mejor, si te vienes con nosotros y con los amigos de la Red Astronavarra Sarea el viernes 12 por la noche a la Foz de Arbayún, podremos verlas y comentar estas y muchas otras historias juntos.

1) ¿Por qué siempre llegan en agosto? ¿No hay Perseidas otros meses?

Quizá deberíamos empezar explicando qué son las Perseidas, pero es cierto. Qué pesados los astrónomos que siempre en torno a la fiesta de San Lorenzo nos ponemos a hablar de las Perseidas. Y además es cierto: en julio hay Perseidas, tantas como en agosto. Lo que pasa es que las noches en las que más Perseidas se pueden ver en el cielo son las noches cercanas al 12 de agosto. Y, claro... ahí lo tenemos.

En 2016 los cálculos teóricos (elaborados con modelos que recogen los datos de observaciones en los últimos años, por lo que año a año son más precisos en las horas, aunque no en la cantidad de meteoros) nos dan una buena esperanza de poder ver muchas Perseidas, a pesar de que al comienzo de las noches estará la Luna. En efecto, el cuarto creciente se produce el día 10, y eso significa que la noche del 11 al 12 (cuando se produce el máximo) y la del 12 al 13 (en la que aún habrá un nivel de fugaces alto) tendrán bastante Luna hasta pasada la medianoche. Para tener más detalles, recomendamos visitar el blog del astrofísico Alejandro Sánchez, donde va actualizando los datos: http://pmisson.blogspot.com.es/2016/08/preparando-las-perseidas-2016.html

Es cierto que ya desde el 18 de julio podemos ver Perseidas por el cielo. Y que seguirán con nosotros hasta el 24 de agosto. Pero pasa siempre cerca del día de San Lorenzo, que pasamos por la zona más densa y tenemos las mejores noches... si no fuera por la Luna, que hace dos días estaba llena y ahora podemos verla al final de la noche, precisamente el mejor momento para perseidear...

2) Pero yo he visto fugaces en enero, o en noviembre...

Tienes razón, las estrellas fugaces pueden verse casi cualquier noche del año. Pero las Perseidas no: estas corresponden a esta época del año. Otras lluvias de estrellas que hay a lo largo del año (y hay más de 40 diferentes bien conocidas) suceden en otros momentos. La órbita de la Tierra alrededor del Sol recorre muchos lugares cercanos a las órbitas de diferentes cuerpos como cometas o asteroides, donde se quedan, también orbitando (es decir, dando vueltas alrededor del Sol como nosotros), muchos restos rocosos, pequeños fragmentos o rocas más grandes, que podemos arrastrar cuando nuestro planeta pasa cerca, nada menos que a 30 km/s, en su viaje de revolución solar.

Por ejemplo, tenemos las Cuadrántidas de enero, las Líridas de abril, las Perseidas de agosto, las Dracónidas de octubre, las Leónidas de noviembre, las Gemínidas de diciembre... Te ponemos aquí una tabla con las 40 que recoge la Organización Internacional de Meteoros (International Meteor Organization), una entidad que recoge las iniciativas en muchísimos países para observar, medir y modelar estos fenómenos.

Una descripción (en inglés) de las lluvias del año 2016 en este documento de IMO (PDF): http://imo.net/files/data/calendar/cal2016.pdf Puedes también consultar la wikipedia y comprobar que la lista de luvias anuales es larga. Enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Lluvias_de_meteoros

 

3) Vale, hay muchas. ¿Podéis decirnos entonces qué son las Perseidas?

Las conocemos a menudo como "lágrimas de San Lorenzo" y decimos que son "estrellas fugaces". Y aunque no sean ni lágrimas ni estrellas, aunque no se les pida deseos, merece la pena observarlas y descubrir algunas curiosidades sobre estos meteoros de agosto. Bueno, de julio y de agosto, mejor dicho, como ya habíamos comentado.

Repetimos: se pueden observar meteoros asociados a las Perseidas desde mediados de julio y hasta la última semana de agosto. Es cierto que cerca de San Lorenzo se ven más, y de ahí la asociación entre la fiesta del calendario y las estrellas que no son estrellas. No son estrellas porque son pedacitos de cometa que se volatilizan en nuestra atmósfera, produciendo una fluorescencia luminosa, que es lo que vemos y que sí, realmente es fugaz, porque habitualmente dura menos de un segundo.

Estos fragmentos son muy pequeños, más pequeños que los granitos de polvo, del que no conseguimos nunca meter en el recogedor cuando barremos. Entran en la alta atmósfera a gran velocidad: unos 59 km/s, que equivalen a 212.000 kilómetros por hora. A esa enorme velocidad incluso a 100 km de altura, con la atmósfera tan tenue de la ionosfera, son capaces de calentarse mucho y provocar más ionización, una traza que se desexcita emitiendo la característica luz de las fugaces, que a veces muestra colores diferentes también debido a que el granito de cometa se incendia literalmente (las Perseidas son habitualmente amarillentas...) Esa luz es lo que llamamos "estrella fugaz", que realmente es un meteoro, es decir, algo que sucede en nuestra atmósfera, no en el espacio fuera de la Tierra. (Recomendamos el artículo del astrofísico Josep M. Trigo sobre las Perseidas).

En el periodo en que el fragmento de polvo entra en la atmósfera se calienta mucho, en torno a loas 1500 K. La vaporización y la fluorescencia del aire a su paso, es decir, la estrella fugaz que podemos observar, sucede a una altitud variable, de entre 100 y 200 km sobre el suelo. El brillo dependerá del tamaño del fragmento pero, sobre todo, de la distancia a la cual estemos viendo ese meteoro. Por eso su brillo puede variar mucho (algunos más brillantes que la más brillante de las estrellas y muchísimos más como las estrellas más débiles).

 

4) ¿Meteoros? ¿Tiene que ver con meteoritos?

La palabra METEORO significa "fenómeno atmosférico". Cualquier cosa que suceda en la atmósfera es un meteoro. Por ejemplo, la lluvia es un meteoro acuoso: agua que cae de las nubes. Los vientos son meteoros, son aire en movimiento, es decir, meteoros aéreos. Y la nieve es un meteoro sólido, helado... También hay meteoros eléctricos, como los rayos o los fuegos fatuos.

Para los griegos (fue Aristóteles el que hizo la distinción) los meteoros eran sucesos que pasaban aquí al lado, y no en el cielo: para él era una forma de separar lo que cambiaba, lo que era inesperado o no se podía calcular exactamente, lo mutable, que estaba relacionado con nuestro mundo en cambio permanente de lo que estaba en el cielo y por lo tanto tenía su movimiento perfecto, predecible o estudiable, inmutable o divino incluso. Durante muchos siglos se pensó que los meteoros como las estrellas fugaces eran realmente gas de los pantanos que se quemaban en el cielo, unos meteoros por lo tanto no muy interesantes.

Fíjate que la palabra meteoro (por cierto, del griego μετέωρος, es decir, "que se eleva en el aire") está en la raíz de la ciencia que estudia la atmósfera, la METEOROLOGÍA (por cierto: no digas nunca "metEREOlogía", que mucha gente trastoca las letras: EORO, no EREO)

¿Y meteorito? Como tiene la misma raíz hará referencia a algo que también pasa por el aire. En este caso, llamamos meteoritos a los fragmentos sólidos de objetos celestes que caen al suelo. Cuando un objeto del cielo cae sobre la Tierra podemos verlo como un meteoro, a veces como un bólido (cuando recorre una parte importante del cielo y va brillando varios segundos, a veces chisporroteando y en ocasiones explotando en el aire, como pasó en febrero de 2013 en Chelyabinsk, Rusia). Y en ocasiones no se quema del todo en el aire, sino que llega al suelo un meteorito.

En este vídeo, uno de los muchos que se grabaron en Cheliábinsk, vemos cómo brilla un bólido que, como fue en este caso, acabó originando un meteorito. Bueno, también provocó muchísimos daños por el estampido sónico de la explosión, e incluso heridos.

La Sociedad Estadounidense de Meteoros (American Meteor Society) preparó el año pasado un poster muy clarito con todos estos términos que a veces nos confunden. El Planetario de Madrid se encargó de la traducción al castellano:

(el poster lo puedes descargar aquí: http://www.amsmeteors.org/resources/posters/ )

5) ¿Entonces las Perseidas son meteoros de origen EXTRATERRESTRE?

Así es: las estrellas fugaces son por lo tanto meteoros, una luz que se genera en la atmósfera de la Tierra cuando llegan pequeños fragmentos de roca desde fuera de nuestro planeta. Es decir, el origen de ese polvo y rocas es extraterrestre.

Durante muchos años se pensó que esas "piedras que caen del cielo" eran leyendas populares, o bien fenómenos atmosféricos. La influencia de Aristóteles había sido decisiva durante muchos siglos, y la idea convencional era que esas piedras que a veces podían caer eran condensaciones ocurridas en el aire, quizá provocadas por tormentas intensas o rayos. Algo así como un granizo más denso. Además, Isaac Newton, que había descrito el movimiento de los planetas en torno al Sol o de la Luna en torno a la Tierra, y la caída de los objetos por la gravedad, opinaba que en el espacio no se sostendrían cuerpos pequeños, de manera que esas piedras del cielo simplemente no venían de fuera de la Tierra.

Grabado del meteorito de Krasnojarsk de 1722 (Palasita)-->

Sin embargo a finales del siglo XVIII la idea comenzó a cambiar. En una expedición científica a Siberia patrocinada por la zarina Catalina de Rusia, el naturalista alemán Peter Pallas encontró en 1722 una enorme roca (pesaba 700 kg) de metal pesado, principalmente hierro, con cristales de olivina incrustados, que según le dijeron, había caído del cielo. Esa roca tan densa no se podría haber formado por condensación en el aire, sino que debía venir de fuera... Ahora conocemos a ese tipo de material meteorítico como "palasitas" en honor a Peter Pallas. Otros casos, en Inglaterra o en Francia, comenzaron a hacer pensar que quizá la idea de la condensación atmosférica era errónea.

Pero a veces es complicado cambiar de punto de vista. e incluso la Academia de Ciencias de Francia dictaminó en 1802 que era imposible que nada del cielo nos cayera encima, tras un estudio en el que el químico británico Edward Howard concluía que la única explicación posible de un meteorito que había estudiado durante varios años es que viniera desde fuera de la Tierra y que se habría quemado en parte por la fricción de la atmósfera. Los sesudos académicos, sin embargo, opinaron que las conclusiones eran erróneas.

Pero justo el 26 de abril de ese año un brillante bólido fue visto a plena luz del día sobre L'Aigle, en Francia, por miles de personas, y recogieron del suelo una gran roca que había caido. Y la investigación de Jean-Baptiste Biot, uno de los más brillantes científicos de la Francia revolucionaria, comenzaron a hacer cambiar el paradigma. Así, se comprobó que los meteoros y bólidos eran la causa de esos meteoritos, característicos en su composición y forma, y que desde entonces han sido objeto de mucho interés por parte de los geólogos y los coleccionistas y que venían de fuera de la Tierra. De hecho, esos pedacitos de otros mundos nos dan mucha información sobre lo que está mucho más allá de la Tierra y hasta que el Apolo XI llegó a la Luna hace 46 años, fueron la única manera de disponer de materiales extraterrestres para su estudio.

Gerald Rhemann obtuvo en 1992 esta imagen del cometa P109/Swift-Tuttle, la madre de todas las Perseidas.

6) ¿Las Perseidas son de hierro? ¿De dónde vienen?

No, no son de hierro... Hay muchos tipos de meteoritos, y los más abundantes no son demasiado ricos en metales densos como el hierro. Son las denominadas condritas carbonáceas.

A pesar de que la lluvia de meteoros de las Perseidas dura bastantes días y además llega a ser una de las más densas a lo largo del año, no abundan en fragmentos grandes (que son los que pueden llegar al suelo en forma de meteoritos). Típicamente son granitos de polvo (menores incluso que un grano de arena, para que te hagas una idea). Algunos de ellos son un poco mayores, del tamaño de una canica incluso, y se ven más tiempo en el cielo. Algunos, pero pocos, pueden llegar a un tamaño mayo y volar más tiempo por la atmósfera provocando un bólido. Su velocidad es alta, alcanzando la alta atmósfera a una velocidad relativa de más de 200000 km/h. Apenas se conocen meteoritos de las Perseidas, a pesar de que en torno al máximo pueden llegar a verse el equivalente (en condiciones ópticas) a 100 meteoros/hora.

Las condritas no son minerales densos ni cohesionados y por eso se fragmentan y queman, vaporizándose en la atmósfera. Sin embargo, conocemos también su composición a partir del estudio de la luz que emiten cuando la fricción de la atmósfera los pone incandescentes, confirmando que corresponde a material perteneciente al polvo de un cometa. También permiten medir que la temperatura a la que ese trocito de polvo se pone cuando emite la luz que nosotros vemos como una estrella fugaz es de entre 4000 y 1000 K.

En concreto las Perseidas vienen del cometa que hace el número 109 de los cometas periódicos, llamado P109/Swift-Tuttle, y descubierto en 1862 de forma independiente por los dos astrónomos que le han dado su nombre: Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle. Este cometa, que sigue una órbita elíptica alrededor del Sol con un periodo de unos 135 años, deja a lo largo de esa órbita material que se escapa de su núcleo cuando se acerca al Sol. De esta manera, en toda su órbita existe una serie de zonas con material, a veces más densamente pobladas, otras menos (se puede imaginar uno una especie de "tubo" en torno a la órbita del cometa, de hecho se denomina tubo meteórico y está compuesto de multitud de meteoroides, otro nombre relacionado con meteoro: son los objetos susceptibles de causar un meteoro si llegan a la atmósfera terrestre).

La Tierra, del 17 de julio al 24 de agosto, pasa por esa región del cielo cercana a la órbita del Swift-Tuttle, y nos llevamos por delante este material cometario. Ni que decir tiene que justo hacia el 12 de agosto es cuando pasamos más cerca de la zona más densamente poblada de esa corriente de meteoros, y de ahí que algunas veces se hayan llegado a contar tasas de cientos de fugaces por hora. Realmente, a lo largo de estos días la densidad de meteoroides dentro del tubo meteórico no es uniforme, y los expertos hablan de enjambre de meteoroides dentro de esa corriente general, porque se agrupan habitualmente en regiones no demasiado grandes. Por eso en algunos momentos de una noche de fugaces pueden producirse momentáneos instantes en los que se ven muchas y otras pausar prolongadas: la Tierra va avanzando recorriendo o no esos enjambres.

Las regiones externas del Sistema Solar en un gráfico de la Wikipedia con una colorista traducción al castellano.

Hay muchos cometas como el Swift-Tuttle, de los llamados de "largo periodo" (el más conocido de todos, por delante del que causa las Perseidas es sin duda el cometa de Halley, P1/Halley). Son objetos, "bolas de nieve sucia", como solemos llamarlas, que provienen de los tiempos de formación del Sistema Solar y se quedaron aparcados muy lejos, alrededor del Sol, formano una región muy amplia que denominamos la Nube de Oort. Ese es el origen de los cometas, que debido a alteraciones gravitatorias (se especula por el paso relativamente cercano al Sol de otra estrella hace miles de millones de años) comenzaron a caer hacia el interior del Sistema Solar y se pusieron en esas órbitas elípticas tan excéntricas.

 

7) ¿Por qué si vienen de un cometa no está ese cometa por el cielo?

La primera publicación de la órbita del cometa Swift-Tuttle incorporaba este dibujo que la compara con la órbita terrestre. En Popular Science Monthly, 1872

El 109P/Swift-Tuttle es un cometa periódico, pero tarda 133 años en completar una revolución solar. Como otros cometas, su órbita es bastante excéntrica: en el momento más alejado o afelio está a más de 50 veces la distancia de la Tierra al Sol (51,225 unidades Astronómicas) mientras que cuando más se acerca al Sol, es decir, en su perihelio, está un poco más cerca del Sol que nuestro planeta (exactamente a 0,9595 uA). La excentricidad es por lo tanto de 0,96 (frente a 0,016 de la revolución terrestre). Para completar el panorama, la inclinación de su órbita con respecto al plano de la revolución de nuestro planeta, la eclíptica es muy alta, de 113,45 grados. A la derecha podemos ver un grabado de la revista estadounidense "Popular Science Monthly" en 1872 mostrando cómo es esa órbita.

El cometa volvió a las regiones internas del Sistema Solar en 1992, y no volverá por aquí hasta 2126. Su núcleo tiene unos 26 km de lado, un cometa "grande" en comparación con otros; su órbita se ve alterada por la atracción gravitatoria de Júpiter (tiene una cierta resonancia debido a la gran atracción de nuestro gigante planetario) y de hecho podría llegar a pasar alguna vez relativamente cerca de nuestro planeta (algunos cálculos dicen que podría llegar muy cerca en el año 3044 y posteriormente en el 4479... lo cierto es que es el mayor de los objetos que conozcamos que potencialmente se pueden chocar contra la Tierra). En cualquier caso, por registros de los astrónomos chinos sabemos que estos lo observaron en el año 69 aE y también en el 188 de nuestra Era. Y desde entonces nunca ha puestro problemas.

En cualquier caso y volviendo a la pregunta: no hace falta que esté el cometa por aquí cerca para que algunos fragmentos del cometa caigan sobre la Tierra (o nos los llevemos en parte por delante). La cosa es que cada vez que el cometa se acerca hacia el Sol sus materiales más volátiles se convierten en gas formando la atmósfera cometaria o coma, y la cola de gas. También el material rocoso y pulverulento se desprende del cometa produciendo una cola de polvo. Esto es habitual en los cometas y ahora la misión Rosetta está precisamente siguiendo el viaje hacia el perihelio del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko mostrándonos cómo se activa la coma. Como podemos ver en esta imagen de la ESA:

Gran parte de ese material que escapa del cometa es arrastrado por el viento solar formando la cola de los cometas, que puede llegar a tener más de 100 millones de km de longitud, aunque no sea muy densa. Todo ese polvo y rocas y gas está moviéndose, como el cometa, en torno al Sol y aunque parte de él se vaya separando cada vez más de la órbita del cometa, hay mucho que permanecerá en regiones cercanas, formando la llamada corriente de meteoros del cometa, una especie de tubo alrededor del cometa que está diferentemente poblado.

Esto hace que unos años pueda ser más o menos densa la nube. Hasta hace unos años era casi imposible hacer modelos de cómo es ese tubo de meteoroides y los enjambres que orbitan en esa región (de las que hablábamos más arriba) que generan esta y otras lluvias de estrellas fugaces, pero gracias a la colaboración de miles de observadores en todo el mundo y a modelos más completos de dinámica de materiales en el Sistema Solar los pronósticos son mejores año a año, y eso nos permite saber que aunque desde mediados de julio hasta finales de agosto nuestro planeta se encuentra con restos del Swift-Tuttle, sólo en torno al 12-13 de agosto la lluvia tiene su máximo.

En definitiva, cada año tenemos la oportunidad de ver Perseidas, como pasa con otras lluvias anuales. Aunque en torno al 92 (nos ponemos melancólicos porque coincidió con el comienzo del Planetario de Pamplona) tuvimos algunos años maravillosos para observar las Perseidas, con chaparrones más densos que los que ahora podemos tener. Pero no desesperamos: la ciencia de los meteoros muestra que los pronósticos son correctos... pero no del todo precisos. Y siempre nos gusta pensar que podemos tener un espectáculo. Quizá este día 12 de agosto, sin ir más lejos.

 

8) ¿Y el nombre de Perseidas?
¿Y lo de las lágrimas de San Lorenzo?

Los meteoros se pueden ver por todo el cielo, aunque debido a que la trayectoria de los fragmentos del Swift-Tuttle y la órbita de la Tierra tienen unas posiciones determinadas en el espacio, nos da la sensación de que las trazas que hacen en la atmósfera convergen en una región del cielo.

Los astrónomos la denominan radiante, y es característico para cada corriente de meteoros que tenemos a lo largo del año (si recuerdas, más arriba poníamos esos nombres: Cuadrántidas, Gemínidas, Eta Acuáridas... hacen referencia a la constelación o estrella de la constelación junto a la que está el radiante).

 

 

Pensemos en la situación de manera dinámica: por un lado la corriente de meteoros está siguiendo su órbita (cercana a la del cometa progenitor) en torno al Sol. Por otro lado la Tierra está haciendo lo propio en su órbita casi circular anual. Y añadamos que además está rotando dando una vuelta sobre su eje cada día. Los fragmentos de polvo cometario o asteroidal se "chocan" contra nosotros en diferentes posiciones, y eso es lo que crea esa observación de que todos parezcan venir de un punto fijo en el cielo. ¿Parece complicado? Lo es, pero si has conducido un vehículo cuando estaba nevando has contemplado un fenómeno similar. Los copos de nieve caen hacia el suelo, con una u otra inclinación dependiendo de las circunstancias, del viento y de tu dirección. Luego está el coche con su velocidad, que hace que te lleves por delante algunos copos. La sensación es esa especie de tunel de copos de nieve que se dirige más o menos hacia el lugar donde te mueves. Pues con las fugaces pasa lo mismo...

En el caso de estas de agosto, el radiante está en la constelación de Perseo. En la imagen que reproducimos del catálogo de observación para 2015 de IMO se marcan las posiciones de ese radiante, que van variando a lo largo de los días.

Ese punto se mueve por la zona septentrional de la constelación de Perseus (Perseo), y al sur de Cassiopeia (Casiopea). Es una zona que podemos localizar fácilmente en el cielo, se ve estas noches mejor a partir de medianoche en la región noreste, y va subiendo sobre el horizonte conforme pasa la noche. Por eso se ven mejor las Perseidas al final de la noche.

Las constelaciones de Perseo y Casiopea desde Rostock, Alemania. Foto: AdreKo (WikiMedia)

La denominación de "lágrimas de San Lorenzo" tiene que ver con estas fechas, en que se celebra la festividad de este santo. La festividad es realmente el día 10 de agosto. En la leyenda del martirio de este santo se dice que cuando los romanos le estaban asando a la parrilla él lloró. Y de ahí lo de las lágrimas. Sin duda alguien se dio cuenta de que en estos días de agosto el cielo mostraba esas "lágrimas", y alguien completó la historia con el santo.

También hay otras tradiciones populares, que indican que cuando alguien ve una estrella fugaz debe pedir un deseo porque se cumple. Evidentemente, todo es cuestión de poner voluntad, pedir algo realizable y... tener suerte para que se cumpla. Por eso no puede ser malo pedir un deseo. Eso que en inglés se dice "to wish upon a star" y que nos recuerda, claro, a la bellísima canción de la película "Pinocho" de Disney (1940), escrita por Leigh Harline y Ned Wahsington y cantada originalmente por Cliff Edwards, quien ponía la voz a Jiminy Cricket, es decir, Pepito Grillo.

Como esta historia está resultando larguísima, aprovechamos la excusa para colocar la canción que abría esa peli:

 

9) ¿Qué debo hacer para observarlas?

La observación de meteoros es sencilla: solo tenemos que tener ganas y suerte. No hacen falta, queremos decir, costosos instrumentos, ni una preparación especial ni viajar muy lejos...

EL LUGAR
Bueno, en esto último tenemos que recordar que las ciudades y núcleos de población son los peores enemigos de la observación de las Perseidas, y en general del cielo. Y también un derroche energético además de poner en peligro el hábitat natural de muchas especies nocturnas... El problema de la contaminación lumínica es grave, y sobre todo se debe a la desidia de no darnos cuenta de que basta con apagar la luz para encender las estrellas y solucionar el problema. Esto se traduce en que será mejor buscar un sitio de observación lejos de las farolas y demás fuentes de luz artificial: cuanto más oscuro mejor.

Muchas de las fugaces son débiles, más de hecho que las muy brillantes. Por eso cuanto más oscuro esté nuestro sitio de observación, mejor. Y por eso influye tanto la presencia de la Luna. Este año de 2016 el cuarto creciente lunar se produce el día 10, miércoles. Y no es la mejor de las noticias (por ejemplo, el año pasado eran noches cercanas a la Luna nueva y mucho más oscuras). La Luna en creciente se ve al principio de la noche, y día a día se va poniendo un poco más tarde, hasta que llegue a Luna Llena y la veremos toda la noche. Esto quiere decir que podremos ver más meteoros al final de la noche, cuando la luz lunar no quite contraste al cielo y nos perdamos las menos brillantes.

La otra cuestión acerca del sitio de observación: como hemos comentado, se pueden ver fugaces por todo el cielo, pero PARECEN VENIR del radiante de la constelación de Perseo. Y el radiante se verá mejor desde Pamplona (desde los puntos de Europa occidental, no es cosa foral...) mejor a partir de la medianoche. Y queda hacia el Noreste, esto quiere decir que mejor tener despejado todo el cielo, pero puestos a elegir, también mejor asegurar que por ahí no tenemos ni montes ni árboles ni edificios... ni pueblos.

Este año, como lo venimos haciendo desde el Año Internacional de la Astronomía, nos coordinamos con la Red Astronavarra Sarea para realizar observaciones públicas de las Perseidas (y aprovechamos para mirar todo el cielo y poner unos cuantos telescopios que nos permitan hacer un recorrido por el cielo profundo). Será como siempre en uno de los parajes más oscuros y sugerentes de Navarra, la Reserva Natural de la Foz de Arbayún.

Reserva Natural de la Foz de Arbayún (Navarra)-->

Ubicado en la ruta aragonesa, la Reserva Natural de la Foz de Arbayún es un sitio estratégico para observar las lágrimas de San Lorenzo. Este profundo cañón tiene un paisaje agreste y una espectacular geología que es atravesado por el río Salazar. En el entorno predominan los bosques de haya y pinos rojos, así como enclaves de abetos pirenaicos. Además, aparte de tu compañía podrás disfrutar del show con buitres leonados sobrevolando el acantilado. El sitio está considerado como zona de Especial Protección para las aves, y posee un gran interés geomorfológico.

 

EL INSTRUMENTAL
No hace falta demasiado: las fugaces podemos observarlas a simple vista (luego te contamos algo más por si quieres hacer fotografías...) y de hecho se disfrutan así mejor porque como pueden verse por todo el cielo lo mejor es estar contemplando el cielo y vagar la mirada por esos espacios celestes tan maravillosos. De repente surgirá una fugaz... o varias. Si has intentado mirar para arriba durante un rato habrás notado que no estamos bien preparados... o más bien que nuestras cervicales se resienten. Por eso puede ser una buena opción estar tumbados boca arriba (en decúbito supino, como se dice). Si tienes una tumbona eso puede ser lo mejor. O una colchoneta...

Otra pieza de instrumental que conviene recomendar es ropa de abrigo. Incluso en una templada noche de verano acaba uno entumeciéndose. Una manta para cuando te tumbes, una sudadera o incluso gorro no son descabellados... incluso en una noche de agosto. Como estamos en Pamplona, nosotros llevamos un poco más, incluyendo unos calcetines cálidos y calzado que no sea demasiado de verano (ni abierto). Ah: repelente de insectos, o alguna protección tampoco es algo que vayamos a olvidarnos.

Conviene armarse de paciencia: plantearse la observación como un proyecto para pasar una noche viendo el cielo, disfrutando de la compañía de los amigos o la familia... Ir con prisas no suele ser lo mejor, porque resulta muy frustrante.

EL MÉTODO
Sin embargo, puede ser también interesante que te lleves una carta del cielo para la hora de observación. Lo que te puede permitir registrar tus observaciones. En ese dibujo podrías trazar las fugaces que veas, anotando la hora por ejemplo con alguno de los numerosos programas para marcar tiempos o cronometrar que puedes encontrar para tu teléfono móvil. Sin embargo, eso implica estar con el lápiz y el mapa, y posiblemente perder algunas fugaces mientras estás pintando...

Grabado que representa una tormenta de Leónidas observada en noviembre de 1833. Imposible de contar tantas... -->

Por eso más gente suele optar por registrar una grabación sonora con sus comentarios sobre cómo ha sido cada meteoro, sincronizando con unas señales horarias, por ejemplo, y añadiendo datos sobre en qué zona del cielo, junto a qué estrella brillante, o qué color tiene y una estimación del brillo. Por la trayectoria podemos además discernir si es una Perseida o no lo es. En máximos densos, uno acaba agobiándose, pero merece la pena. Y si se produjera una "tormenta", con muchísimos meteoros, lo más probable es que el método nos haga perder muchos datos. Se suele recomendar entonces hacer un muestreo y registrar solo más más brillantes, por ejemplo.

Todos esos datos pueden se registrados con un formulario estándar como el que que puedes descargarte de la página de IMO: Visual Observation Report Form. En nuestro país, la Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España (SOMYCE) tiene en su web una información más completa y formularios para estas observaciones y registros.

Conviene, por cierto, pasar los registros cuanto antes a un formato utilizable, por si quieres compartir la información. Cuanto más tiempo pase menos entenderás las anotaciones o más difícil será recordarlo todo de forma exacta.

 

10) ¿Puedo fotografiarlas?

Por supuesto, las cámaras digitales tienen sensibilidad suficiente como para poder registrar en exposiciones prolongadas numerosos meteoros, incluso algunos tan débiles que ni siquiera podemos observarlos a simple vista. Hay quien utiliza sistemas de grabación en vídeo...

Conviene que tu cámara tenga la posibilidad de realizar exposiciones prolongadas, y colocarla sobre un trípode asegurándose que no le vas a dar un golpe durante la exposición, ni moverla demasiado al comienzo o al final (un truco sencillo: usa algo para oscurecer el objetivo sin tocarlo cuando aprietes el disparador, algo que con el dedo siempre introduce una vibración, y mantenerlo un segundo para que se atenúe antes de quitar la caperuza). Objetivos de 50 mm o algo más angulares proporcionan un campo amplio de cielo y por lo tanto más posibilidad de que pilles alguna fugaz. La apertura conviene que permita captar objetos más débiles (por eso no es bueno cerrar mucho el diafragma. Una combinación de focal de 35 ó 50 mm y f/1.8 es una buena combinación. Sería conveniente que hicieras pruebas en noches previas a la del máximo, para poder comprobar si el lugar desde el que observas permite exposiciones prolongadas (los cielos contaminados con luces de poblaciones no son lo mejor... ya lo hemos comentado). Y así ajustar también la sensibilidad: no conviene ir al máximo de la cámara, porque da un grano a la imagen demasiado alto.

De nuevo, te recomendamos hacer pruebas antes y estar atento a algo que suele olvidarse: el vaho que a nada que tengamos un poco de humedad puede fácilmente ponerse encima del objetivo. Hay quien pone pequeños calentadores... pero dejemos esto para los expertos.

Lo cierto es que aunque la foto no nos parezca demasiado maravillosa, o que justo la trayectoria de la fugaz rebase el encuadre que habíamos elegido para esa foto, será un recuerdo inolvidable.

Nos encantaría, por cierto, poder ver las fotos que hagas: si quieres, ponlas en tus redes sociales con la etiqueta #Perseidas y mejor aún si puedes avisarnos a @pamplonetario. Gracias.

11) (Bola extra) ¿Qué organizáis en el Pamplonetario?

El día 12 será nuestro DÍA DE LAS PERSEIDAS 2016, con una sesión especial de planetario con el cielo en directo dirigida por nuestros expertos, en la que se podrá descubrir qué son las Perseidas, cómo es el cielo del verano y que otras maravillas nos encontraremos en la observación astronómica.

La sesión en la Sala Tornamira del Planetario comienza a las 18:00 y tiene un precio de 4 euros.

La gran actividad es nuestra tradicional observación de la noche de las estrellas fugaces en la Foz de Arbayún con la colaboración de la Red ASTRONAVARRA Sarea y el Observatorio de Guirguillano, una convocatoria abierta y gratuita a todas las personas que quieran celebrar esa noche de las fugaces observándolas, y también observando el cielo. Habrá instrumentos como telescopios, proyecciones y desde luego más de un paseo guiado por el firmamento de agosto.

Desde el Planetario de Pamplona organizamos autobuses para ir a disfrutar del cielo, que saldrán a las 20:00 desde el mismo planetario. La vuelta será a medianoche desde la Foz, dependiendo del tiempo que haga… El precio del bus es de 5 euros, y para apuntarse tienes que hacerlo a través de la web www.pamplonetario.org o bien en la tienda del Planetario.

Te recordamos que la Foz es un espacio natural protegido, por lo que rogamos a los asistentes especial cuidado en seguir las indicaciones. La zona cercana al mirador estaráocupada por los telescopios y el espacio para que entre la gente, por lo que te rogamos que dejes el vehículo en las zonas aledañas. La noche puede ser algo fresca, por lo que te recomendamos algo de ropa de abrigo. Si quieres ver cómodamente las Perseidas, mejor tumbada, así que una esterilla de camping puede ser una buena opción. Ah, si quieres tráete tus prismáticos, pequeño telescopio, catalejo o cámara de fotos, y estaremos encantados de ayudarte en tus pinitos astronómicos.

Para llegar:

esta es la posición en google maps del mirador de la Foz: https://www.google.es/maps/place/Mirador+de+la+Foz+de+Arbay%C3%BAn/@42.6870356,-1.1909948,2739m/data=!3m1!1e3!4m13!1m7!3m6!1s0xd5752e831f19ffb:0x9ae41181fc359c54!2sFoz+de+Arbay%C3%BAn!3b1!8m2!3d42.6767924!4d-1.1878167!3m4!1s0x0:0xd49728c8ef28df16!8m2!3d42.691489!4d-1.1842811?hl=es

 

 

Las Perseidas siempre son apasionantes, especialmente si aprovechamos la noche para darnos cuenta de qué necesario sigue siendo defender el derecho a un cielo oscuro en la noche, que realmente nos permita ver el cielo (las más tenues fugaces se pierden con el resplandor de la contaminación lumínica, y la misma Luna) y que, de paso, sea consecuente con el ahorro energético y con los fines de las farolas, que es iluminar el suelo cuando hace falta iluminarlo.

En la Internet hay mucha información útil para los aficionados a observar la más famosa de las lluvias anuales de meteoros (no la única, que son muchas a lo largo del año), pero te recomendamos, por si quieres además colaborar en las observaciones y recuento de meteoros, visitar la página de la Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España (SOMYCE) donde puedes encontrar información muy útil, con datos y recomendaciones para facilitar la observación, la medida y la fotografía o grabación en vídeo de tus observaciones.

¡Felices cielos!

 

(Este texto ha sido preparado por el Planetario de Pamplona, incluyendo imágenes de diferentes fuentes de Internet. Como otros contenidos de la web del Pamplonetario dispone de licencia Creative Commons de Reconocimiento - Compartir Igual 4.0. Dado que no podemos asegurar que esta licencia es la misma para las imágenes usadas agradeceremos que se pongan en contacto con nosotros para subsanar problemas de derechos).

 

Las 10 claves para disfrutar plenamente de las #Perseidas2016

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